Bilbao puede ser la capital mundial del diseño en 2014. No cabe duda del cambio que ha tenido el Botxo en estas últimas décadas. Y uno de los elementos que nos ha reaparecido en nuestro día a día es el tranvía.

No se debe asemejar mucho a aquél que iba a Arratia; yo, solo lo conocía de oídas o por alguna canción. Todo parece moderno cuando te montas en él, pese a que a veces haya desajustes musicales o que las obras para la ampliación de la línea nos vuelvan locos en el barrio.

Aún así, hay ocasiones en que los recursos señaléticos son los de toda la vida; como ese día que colgaron las banderitas amarilla para avisar del peligro. Ah, la forma de colgarlas también era, digamos, "tradicional".


Dena berria eta diseinukoa Bilbon? Noizean behin, ohiko ikusizko baliabideetara jo beharra dagoela ematen du, tranbian behintzat ;-)

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