Tóxicos Infancia

Me llegó la información por la Red, a través de esas redes que vamos tejiendo, en la tertulia bilbaina sin ir más lejos: Iñaki Etxebarria me invitaba a sumarme a una página en Facebook, llamada Tóxicos Infancia; Raquel Benito nos lo anunciaba @toxicoinfancia vía twitter


No entendía mucho de que iba, la verdad. Así es que me puse a curiosear un poco. Llegué hasta aquí:
Las intoxicaciones agudas pediátricas constituyen un importante problema sanitario, en la mayoría de los casos no suele producirse un daño importante, pero no están exentas de riesgo, pudiendo incluso llegar a producirse la muerte en algunos casos.
Y luego hasta esta página web, donde empezaba así:
La difícil situación económica que vivimos actualmente, el escaso o prácticamente inexistente presupuesto público que existe para la investigación médica y la negativa de algunas empresas privadas para subvencionar proyectos sin ánimo de lucro, son algunos de los motivos que nos han empujado a esta campaña de crowdfunding.

Fotografía utilizada en la campaña

La cuestión es que es otro crowdfunding, con un loable objetivo. Cierto es que no acabo de entender que para cuestiones como la investigación en el ámbito sanitario haya que recurrir a estas fórmulas, aunque acabo por acordarme de todo tipo de iniciativas para recaudar fondos para objetivos diversos, desde las más antiguas como las cuestaciones callejeras (en alguna ya participé en mis tiempos escolares) hasta las actuales de los patos nadando por la Ría o los crowfounding de marras, pasando por festivales de todo pelaje.

Pero bueno, creo que esta iniciativa lo merece. ¿La apoyamos también? Como ha escrito Rafa Olalde, coincidiendo con lo que yo pienso también sobre la forma, un grano no hace granero, pero...


 
Otra buena razón: además de los reconocimientos previstos para mecenas, el retorno a la sociedad, en general, va vía publicaciones con licencia creative commons. Me gusta más todavía. 

Comentarios

  1. Iñaki, algo falla en un país en el que la investigación se paga con crowdfounding, las enfermedades raras con tapones de plástico y patos de goma y las becas, va a ser como en el siglo XIX, las pagan los benefactores como acto de caridad, vamos perdiendo el norte y la brújula no nos debe funcionar bien a los ciudadanos

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