Gracias a su ex

Porque si es quien inspira a Marwan, para que pueda escribir y componer canciones, que acaban siendo grabadas, y luego el disco se presenta en directo, tenemos oportunidad de escucharlo en el Botxo. Debe ser eso, así que como vida no ha sido tan azarosa, yo me he contentado con tener blog ;-)
Y como no he leído reseñas, aquí va la mía.

Segunda visita musical de Marwan a Bilbao, primera como cabeza de cartel, y segunda vez que acudo (crónica de la primera). Aunque esta vez creo no hizo falta que María hiciera una convocatoria en su red. Buena entrada en el Cotton Club. Con gente conocida y esperada, como la propia María, Iratxe, Silvia o Troglo, o sorpresas como Lucía.

Concierto largo y divertido, con tiempo para las risas (vamos, que no fue un concierto plano en absoluto). Público entregado, porque no solo se tarareaban las canciones, sino que se entraba al juego del cantautor, cantando antes de las canciones en sí estribillos imposibles, la mayoría dedicados a su ex, presente en espíritu desde luego. Y aunque no hubo bises, mágico el momento final, cantando entre las personas asistentes sin amplificadores ni micros.

La foto, de Iratxe Unibaso

También nos leyó Marwan algo de su libro de poemas, incluso una poesía recién escrita y no publicada. Esta última, escrita en una libreta, llena de papeles. Aparte del libro, puedes leer sus poesías en su blog.

De telonero, tuvimos a Diego Ojeda. Acompañó a ambos con el violín , de manera magistral, Marino Sáiz. Y en el escenario junto a Marwan, como no podía ser de otra manera estando en Bilbao, a Tontxu Ipiña. (aquí un vídeo) Vamos, que en vez de el Cotton Club podía pensarse ya en una especia de Cotton 8 o Galileo Club, más aún al enterarme que pasado mañana en el mismo escenario estará Andrés Suárez (con Marino)

La mayor pega: el sitio, hubo que estar de pie las dos horas y media que duró el concierto entero. De pie, o sentado en el suelo, que no sé que hubiese sido peor. Y el trasiego de la gente por la puerta, demasiado para haber tenido que pagar entrada.

De todos modos, debo ser una rara avis. Y no solo porque el público fuese de manera mayoritaria joven y femenino. Porque a mí no me llevaron, sino que incluso convencí a mi chica para que viniera. Y porque descubrí que debo tener algún gen argentino, dado que no me importa escuchar una balada tras otra.


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