La musica como pretexto, dijo Bergia

Como pretexto para charlar, nos dijo en el escenario del Social Antzokia de Basauri Javier Bergia. Más fácil esta vez, incluso, con los espectadores compartiendo escenario con los músicos, no como aquella otra vez, hace unos cinco años, cuando le escuché en el mismo teatro, abarrotado, acompañando a Ismael Serrano. Y, como quiera que contó unas cuantas anécdotas, se me ha ocurrido recogerlas, porque no sé si a él se le irá a hacer en su blog, tal y como ha hecho esta semana Vicky Gastelo.

Además de contar algunos recuerdos de un Madrid que ya no existe, decía que cuando era pequeño y tenía algún problema iba donde su padre al despacho, quien le oía, le dejaba acabar y entonces le respondía que se pasara la mano por la cabeza (de atras hacia delante, de manera suave) como Mozart. No ha llegado a ser Mozart, aunque lo de pasarse la mano lo ha seguido haciendo, incluso yendo en el metro.  A saber si ha tenido que ver con ir quedándose más calvo.

Habló del profesor Manuel Criado del Val (no tiene 130 años, solo 98, jeje) y del programa que presentaba sobre libros en televisión e invitaba a la siesta. Tuvo bastante relación con él; le gustaba el tema de los juglares ("la juglaresca") e, incluso, en verano solía organizar alguna representación teatral en su pueblo... donde Javier actuó de juglar, con mallas al estilo Supermán. Sí, que Javier Bergia también tiene un pasado de actor (no aclaró si fue en el cine más allá de papeles, bien remunerados eso sí, de extra)

Contó, en relación al silencio que les acompañaba, un par de anécdotas que le sucedieron en un pequeño pueblo de Cuenca. Un hombre en la primera fila parecía traspuesto, como en trance; de pronto, en mitad de una canción, soltó en voz alta "bueno, me voy a dormir", se levantó y se fue. Ese día, al acabar, le dijo otro parroquiano "¿has vendido muchos `compas´, `pichorro´?" (sic)

Vi a Javier en 2010 en Santander, en concierto con cena incluida. Pero no recuerdo que sucediera nada parecido: una vez, cantando en un bar, en plena interpretación de un tema romántico y suave, y casualmente con Mª del Mar Bonet en primera fila, le interrumpió un grupo que llevaba hasta la consabida tarta con el cántico de un "cumpleaños feliz". 

Buen concierto el del miércoles, recogidito, cercano, con asistencia importante para el aforo previsto (casi todas las sillas ocupadas, calculo que cerca del centenar) aunque al estar casi a nuestro nivel no pudiera no ya sacar fotos decentes, ni contemplar los dedos de Begoña Olavide tocar el salterio. En su estilo vocal Bergia, que parece que no va a llegar pero se arregla (y si hace falta bajar medio tono, pues se baja, como hizo); me sorprendió la voz, profunda y cálida al tiempo de Begoña, mejor que en los vídeos que había escuchado en You Tube. Me pareció notar algún desajuste, normal tratándose de algunos temas nuevos, pero se percibía complicidad y buen rollo entre los tres. Y anunciaron nuevos discos: uno de Begoña y Javier, que recogerá distintas poesías musicadas; otro de Javier Paxariño. 

De ese disco nuevo, que parece se llamará "de un tiempo a esta parte", un poema de Calderón sobre la vida y la muerte. 



Ayer le entrevistó Joseba Martín en el espacio junglero de Iflandia, donde cantó algún tema de su nuevo disco. Ah, hoy última oportunidad de escucharles en directo; a las diez de la noches en Leioa. Esperemos que no tarden en volver por estas tierras.





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