De macroeconomía y microeconomía

Insisto; no soy un experto en cuentas, más allá de las caseras, que siempre toca hacer. Y me pierdo con cifras grandes (para muchísimo más pequeñas incluso sigo usando las pesetas, qué le vamos a hacer), datos, cifras estimadas de crecimiento (que, no sé, me da que luego no se suelen cumplir) anuncios de brotes (más o menos verdes)... aunque me las den en gráficos y explicadas, como en el blog Amanece que no es poco. Pero no dejo de darle vueltas a la cabeza, desde que oí y leí la semana pasada noticias de distinto signo. O cuando leo las opiniones de los considerados "sabios".

Como en Deia de hoy hace ocho días, exactamente: el ritmo de creación de empresas acerca a Euskadi a la recuperación, pero, mientras tanto, llamamiento urgente a la solidaridad. Claro que los bilbainos creen que la economía mejorará en los próximos años y, encima, la Villa ha sido premiada como una de las ciudades europeas más atractivas para la inversión, como anunciaba en su web el propio Ayuntamiento.

No sé, no sé. De momento, me parece, como canta Manuel Cuesta, que "el futuro es tan oscuro, azul oscuro casi negro." Y eso sin leer, o antes de hacerlo, los informes periódicos sobre la coyuntura económica que hace Antton Pérez de Calleja. O sin llegar a comparar a Rajoy con Carpanta, como hacía hace poco Millás en El País.


Ez dakit nori egin behar diodan kasu. Hedabideetatik datozen berriak kontraesankorrak direla ematen du; areago oraindik, ekonomian adituak ez garenontzat. Hala ere, esparru honetan benetako aditurik ote dagoen galdetzen diot sarri neure buruari (areago oraindik honelakoak irakurrita), lau sosekin albait duinen bizitzeko moldatzen direnak salbu. Horiek, aditu ezezik, artistak ere badira.



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