De Golpes de Estado

Hay algunos Golpes de Estado que, por diversas razones, sigo recordando.

El primero lo veo en blanco y negro, en imágenes de Informe Semanal: la Revolución de los Claveles portuguesa. Tenía yo por aquel entonces nueve añitos, y no entendía muy bien lo que explicaban en la televisión española, con imágenes captadas en aquel abril. Supongo, desde la perspectiva actual, que no lo harían de manera especialmente favorable.

El segundo, lo relaciono con la música; la música de Víctor Jara. O de Quilapayún. O de Pablo Milanés, pisando las calles nuevamente. O de Ismael Serrano viniendo del norte. Curiosamente, sucedió antes, en 1973 y en Chile, pero lo vivo como posterior en mi memoria, no se por qué. Recuerdo también que vi una película sobre este hecho en mis veranos adolescentes en Lekeitio; todavía recuerdo el título: Llueve sobre Santiago. Y también en aquellos tiempos vi Desaparecido.

El 23F lo viví más consciente; decía mi madre, con posterioridad, que nunca me había visto tan nervioso. Aquí el recuerdo es la narración radiofónica de la Cadena Ser, desde el propio hemiciclo, una narración que costaba creer. Me parece que todavía sigo sin entender lo que realmente pasó entonces... como muchas personas.

El último es el que, al parecer, se ha producido esta misma semana en Turquía, en un golpe que parecía era retransmitido y comentado en riguroso directo (aquí contado en El País). Aún hoy no entiendo lo que ha sucedido... claro que más tiempo ha pasado desde 1981 y estoy como estoy. En todo caso, queda claro que pertenecer a la OTAN no es una vacuna definitiva contra los Golpes, y que es peligroso que un presidente coja vacaciones.

Ah, y me doy cuenta de que hoy es 18 de julio. Por comentar; hace 80 años ya. Aunque en ocasiones no lo parezca.

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