Lecturas en verano (I): Bilbao (o alrededores)

Empiezo una corta serie de entradas sobre mis lecturas de este verano, agrupadas por el lugar donde se ubica la acción (aunque sea aproximado como será el caso esta vez) Y no porque piense que reseñar esté de moda... En este caso, además, hay relación personal anterior a la lectura de las obras con los autores, que por algo han participado en nuestra tertulia bilbaina.

Sabía de la afición de Guillermo Gómez (o @cometa23) por la escritura y por el mundo de los zombis en particular. Incluso pensé que no iba en serio cuando me llegó un mensaje sobre su otro blog. Así que me lo bajé al Kindle y me lo leí en dos sentadas, y eso que no es un género que me atraiga en principio. Curioso, en momentos me ha hecho pensar en qué podría suceder si algo así fuese realidad. Tengo la impresión que el autor retomará la narración en el punto en que lo dejó, no sé si en otro libro o en el blog. Tengo pendiente la explicación del origen del apodo de Vladek, entre otras cuestiones. Ah, la novela se desarrolla, más o menos, en un territorio no muy lejos de Bilbao.



La acción del segundo libro sí transcurre en Bilbao en los años de la primera guerra mundial. Me costó, por diversos motivos, arrancar con la novela de Gonzalo Garrido --a quien conocí en la presentación del libro de Susana Hernández, y quien me lo dedicó, después en la tertulia bilbaina de abril-- y eso que las críticas no podían ser mejores (como la de alguien tan versado como Javier Abásolo). Tampoco las ventas han sido malas, que ya va por la tercera edición. 

Más allá de tener su componente de novela negra (asesinato, búsqueda del asesino) se refleja un período de la villa que, intuyo, Gonzalo ha estudiado, y a mí me resultaba un tanto ajeno. Dice él que todo es ficción, pero no sé, mucho me resulta creíble, o, cuando menos, me surgen dudas razonables (¿seguirán existiendo masones en Bilbao, por ejemplo? ¿el papel de los jesuitas en la vida de la villa?) Y, con el trasfondo, de poder pensar sobre lo que somos, lo que creemos que somos y hacemos, cómo nos ven y nos tratan las demás personas que nos rodean... 

Desde luego, muy recomendable la lectura de estas flores de Baudelaire (¿flores del mal? [pero no descubriré la razón del título])





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